Proclamación de la Independencia
de Chile
"La fuerza ha sido la razón suprema que por más de trescientos años ha
mantenido al nuevo mundo en la necesidad de venerar como un dogma la
usurpación de sus derechos y de buscar en ella misma el origen de sus
más grandes deberes. Era preciso que algún día llegase el término de
esta violenta sumisión: pero entretanto era imposible anticiparla: la
resistencia del débil contra el fuerte imprime un carácter sacrílego a
sus pretensiones, y no hace más que desacreditar la justicia en que se
fundan. Estaba reservado al siglo 19 el oír a la América reclamar sus
derechos sin ser delincuente y mostrar que el período de su sufrimiento
no podía durar más que el de su debilidad. La revolución del 18 de
Septiembre de 1810 fue el primer esfuerzo que hizo Chile para cumplir
esos altos destinos a que lo llamaba el tiempo y la naturaleza: sus
habitantes han probado desde entonces la energía y firmeza de su
voluntad, arrostrando las vicisitudes de una gran guerra en que el
gobierno español ha querido hacer ver que su política con respecto a la
América sobrevivirá al transtorno de todos los abusos. Este último
desengaño les ha inspirado naturalmente la resolución de separarse para
siempre de la Monarquía Española, y proclamar su INDEPENDENCIA a la
faz del mundo. Mas no permitiendo las actuales circunstancias de la
guerra la convocación de un Congreso Nacional que sanciones el voto
público, hemos mandado abrir un gran registro en que todos los
Ciudadanos del Estado sufraguen por sí mismos libre y espontáneamente
por la necesidad urgente de que el gobierno declare en el día la
Independencia o por la dilación o negativa: y habiendo resultado que la
universalidad de los Ciudadanos está irrevocablemente decidida por la
afirmativa de aquella proposición, hemos tenido a bien en ejercicio del
poder extraordinario con que para esta caso particular nos han
autorizado los Pueblos, declarar solemnemente a nombre de ellos en
presencia del Altísimo, y hacer saber a la gran confederación del
género humano que el territorio continental de Chile y sus Islas
adyacentes forman de hecho y de derecho un Estado libre Independiente y
Soberano, y quedan para siempre separados de la Monarquía de España,
con plena aptitud de adoptar la forma de gobierno que más convenga a
sus intereses. Y para que esta declaración tenga toda la fuerza y
solidez que debe caracterizar la primera Acta de un Pueblo libre, la
afianzamos con el honor, la vida, las fortunas y todas las relaciones
sociales de los habitantes de este nuevo Estado: comprometemos nuestra
palabra, la dignidad de nuestro empleo, y el decoro de las armas de la
PATRIA; y mandamos que con los libros del gran registro se deposite la
Acta original en el archivo de la Municipalidad de Santiago, y se
circule a todos los Pueblos, Ejércitos y Corporaciones para que
inmediatamente se jure y quede sellada para siempre la emancipación de
Chile. Dada en el Palacio Directorial de Concepción a 1 de Enero de
1818, firmada de nuestra mano, signada con el de la Nación y refrendada
por nuestros Ministros y Secretarios de Estado, en los Departamentos de
Gobierno, Hacienda y Guerra".
Bernardo O'Higgins, Miguel Zañartu ,Hipolito de Villegas, José Ignacio
Zenteno.
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